Bitcoin no es anónimo, pero varios desarrolladores han implementado y están trabajando en distintas herramientas que nos ayudan a proteger nuestro derecho a la privacidad financiera.
La privacidad financiera es un derecho que tenemos todos los seres humanos. No se trata de querer ocultar información o de que estemos haciendo cosas ilegales, sino de poder disfrutar a plenitud de la privacidad de comprar los productos que queramos, pagar por los servicios que necesitamos y transferir dinero a quién deseemos sin temor a ser señalados o castigados.
Desafortunadamente, este derecho se está volviendo cada vez más escaso y se ha convertido en un beneficio de algunos privilegiados. Los gobiernos y las agencias de inteligencia de todo el mundo están buscando y diseñando herramientas que les permitan mantener una vigilancia y control sobre nuestros movimientos financieros. Y ahora, lamentablemente, muchas de las transferencias que realizamos dentro del mundo criptográfico no escapan de esta realidad.
Hoy en día muchos exchanges o casas de intercambio de criptomonedas se someten a regulaciones y procesos normativos como KYC y AML. El primero, Know Your Customer (KYC), está destinado a solicitar datos personales para conocer la identidad de cada uno de los clientes que utilizan los servicios de una compañía. El segundo, Anti-Money Laundering (AML), es una medida regulatoria establecida por los gobiernos para evitar el lavado de dinero o blanqueo de capitales.
Así, aunque a simple vista estas medidas puedan sonar positivas, porque evitarían el uso de dinero proveniente de actividades ilegales, también exponen a los usuarios a ser víctimas de fraudes, estafas, casos de extorsión, secuestro y hasta suplantación de identidad.
Por ello, en este artículo quiero resaltar la importancia de la privacidad en las transacciones de Bitcoin, explicando varios métodos existentes que ofrecen un alto nivel de anonimato y privacidad para los usuarios.
Vigilancia y control financiero dentro del ecosistema cripto
Como ya mencioné, los gobiernos han implementado medidas y normativas que les permiten vigilar los movimientos que realizamos dentro del sistema financiero actual. Pero además, esta vigilancia se extiende al ecosistema criptográfico mucho más allá de lo que conocemos o llegamos a pensar.
Recientemente, la plataforma de comercio de criptomonedas Coinbase fue objeto de fuertes críticas al ser acusada de compartir información sensible de los usuarios con la Administración de Control de Drogas de los Estados Unidos y con el Servicio de Impuestos Internos. Según la fuente, Coinbase estaba realizando estas acciones con la finalidad de vender información para la vigilancia de las transacciones que se realizan en este espacio. No obstante, aunque Coinbase negó por completo esta acusación, sí es cierto que el gobierno está realizando acciones para monitorear los movimientos financieros de aquellos que utilizan los servicios de los exchanges para hacer sus transferencias.
Sí, así como suena. Todos los usuarios que utilicen un exchange o servicio de intercambio de criptomonedas que opere bajo las normativas KYC/AML son vigilados activamente por distintos gobiernos.
Esta información la dio a conocer una fuente anónima que trabajó con exchanges y otros servicios para Bitcoin, revelando que los gobiernos vienen realizando esta vigilancia a los exchanges y casas de custodia desde hace varios años. Además, la fuente destacó que las medidas de cripto vigilancia se vienen dando desde los inicios de Bitcoin, pero que se intensificaron luego de que el reconocido exchange Mt. Gox anunciara que 850.000 BTC fueron hackeados de sus cuentas y la compañía se fuera a la quiebra.
Pero acaso ¿Bitcoin no es anónimo?
Ahora bien, quizás te estés preguntando ¿acaso Bitcoin no es anónimo? Pues la respuesta corta es no. Contrario a lo que muchos piensan, Bitcoin no es anónimo, sino que ofrece una forma de seudoanonimato para los usuarios. Es decir, cuando un usuario realiza una transacción en Bitcoin, en la blockchain sólo se muestran datos relevantes de la transacción, no datos específicos del usuario. Por ejemplo, en la blockchain quedan la dirección de envío y la dirección de recepción, el monto transferido, la tarifa de comisión pagada, la fecha y hora en que se realizó la transacción, y el bloque en el que fue incluida la transacción, pero no quedan el nombre de la persona, su teléfono o correo electrónico.
Los datos personales de los usuarios no se revelan. No hay registros de nombres ni números de identificación personal ni nada por el estilo. Pero al ser una blockchain pública y transparente, si un usuario pública por otro medio que es dueño de una dirección en particular, cualquier otra persona tiene la capacidad de verificar los movimientos que la primera persona haya realizado dentro de la blockchain desde su dirección.
Así mismo, cuando un usuario se registra en un exchange bajo las normas KYC/AML, sus datos personales, documento de identificación, dirección de residencia, y demás información queda registrada y es guardada por el exchange. Por esto, al realizar una transacción desde este exchange, las direcciones de envío se asocian directamente al usuario que está realizando la transferencia, haciendo posible que los gobiernos y entidades de inteligencia puedan rastrear efectivamente cada moneda transferida.
Entonces, aunque existen criptomonedas que fueron diseñadas específicamente para garantizar la privacidad de los usuarios, como Monero, Zcash y Dash, entre otras, en Bitcoin este no es el caso. Por esto, en Bitcoin es necesario implementar herramientas y soluciones que buscan mejorar el nivel de privacidad y anonimato de los usuarios de la criptomoneda. Así, los mixers o mezcladores de criptomonedas y técnicas como CoinJoin permiten ofuscar las direcciones de envío y recepción para que no puedan ser rastreadas. Así mismo, una nueva implementación conocida como CoinSwap permite garantizar un alto nivel de privacidad y anonimato al realizar una transacción en Bitcoin.
Mezcladores, una función especial para mejorar la privacidad y el anonimato de las criptomonedas
Los mezcladores de criptomonedas, son servicios que implementan funciones especiales diseñadas para elevar el nivel de privacidad y anonimato de criptomonedas como Bitcoin. Estas funciones permiten mezclar, como su nombre lo indica, las criptomonedas de varios usuarios. Esto con la finalidad de ofuscar y ocultar de donde provienen y a dónde se dirigen dichas monedas. Con esta implementación se busca romper la relación que existe entre una moneda y un usuario.
Aunque se trata de servicios manejados por terceros de confianza, lo cierto es que son muy efectivos al momento de generar privacidad para los usuarios, impidiendo que las criptomonedas se puedan asociar a una persona en particular de forma directa.
CoinJoin, un protocolo de Bitcoin centrado en la privacidad
El protocolo de privacidad y anonimato CoinJoin impide, en gran medida, la posibilidad de que se puedan rastrear bitcoins u otras criptomonedas no privadas cuando se realizan transacciones. Este protocolo tiene la funcionalidad de juntar las monedas de varios usuarios y realizar una sola transacción en la que las entradas y las salidas se mezclan para ofuscar su origen y destino, evitando que las criptomonedas involucradas en el proceso se puedan rastrear.
De igual forma, este método de privacidad es muy eficiente y efectivo; y mientras más usuarios se involucren en una transacción CoinJoin mejor será el nivel de privacidad y anonimato que se logre.
Así mismo, este tipo de transacciones no significan ningún riesgo para la seguridad de las criptomonedas que se están uniendo. A pesar de realizarse una mezcla con todas las criptomonedas que los usuarios quieren transferir, cada usuario siempre mantendrá el control de sus fondos y firmará la transacción sólo al momento de verificar que ésta es correcta y que está de acuerdo con el monto y la transacción en sí.
A su vez, el desarrollo e implementación del protocolo CoinSwap también está siendo impulsado actualmente. Tanto así que la Fundación de Derechos Humanos (HRF) está financiando a desarrolladores para la implementación de CoinSwap, que busca mejorar las características de privacidad, seguridad y resistencia a la censura de Bitcoin.
Esta iniciativa tiene por objeto garantizar el derecho a la privacidad que tienen los ciudadanos; tomando en cuenta las acciones recientes de algunos gobiernos que buscan imponer medidas que atentan en contra de los derechos humanos, como el proyecto de ley del Partido Socialista Español que busca eliminar el uso de monedas y billetes dentro del territorio español. Una medida que sin dudas atenta contra la privacidad de los ciudadanos y que podría agravar los problema económicos que tiene el país.
CoinSwap, una implementación para mejorar la privacidad en Bitcoin
Al igual que CoinJoin, CoinSwap garantiza un alto nivel de privacidad y anonimato en las transacciones de Bitcoin, un hecho que fomenta la fungibilidad de la criptomoneda al impedir que los bitcoins se puedan marcar o relacionar con actividades ilícitas.
Los servicios que ofrece este protocolo de mezcla y ofuscación también le permiten a los usuarios intercambiar sus criptomonedas entre direcciones completamente desconectadas unas de otras. Por esto, si una autoridad o gobierno decide hacerle seguimiento a una dirección o a unos bitcoins en especial, no tendrá modo de vincular dichas direcciones o bitcoins a ningún usuario en particular.
Si quieres conocer más sobre esta implementación de Bitcoin, te invito a que leas este documento: Design for a CoinSwap implementation for massively improving Bitcoin privacy and fungibility de Chris Belcher o este artículo Introducción a CoinSwap: una herramienta para usar Bitcoin de forma más privada de Javier Bastardo.
Como vemos, aunque en los exchanges centralizados existe la posibilidad de que los gobiernos puedan rastrear nuestras transacciones; también existen soluciones que podemos implementar para mejorar la privacidad y el anonimato de nuestras transacciones. Todas estas implementaciones de Bitcoin son mecanismos que se diseñaron para proteger ante todo nuestro derecho a la privacidad financiera; y por ende, nuestra seguridad e integridad.
Un agradecimiento especial a Jennifer Maldonado por su ayuda para escribir este artículo.